ICHIGO ICHIE

La expresion japonesa ichigo ichie podría traducirse como “una vida, un encuentro”, “un único encuentro en la vida”.
Tiene que ver con la actitud de vivir las cosas como si fuese la única vez que van a pasar.
Ese es el lema del viaje desde que empecé a gestarlo: asumir que va a ser la única vez que voy a estar aquí y por tanto, tengo que aprovechar estos 31 días para ver y hacer todo lo que me gustaría.
Ha sido muy complicado elegir, ¡¡me ha llevado meses!! Es la primera vez que planeo tanto un viaje… antes iba más a mi aire y no me gustaba leer las guías ni ver las fotos de los sitios antes de ir… pero con Japón, eso no era posible.
Cuando me he topado hoy de frente con el gran Buda de Kamakura me ha impresionado tanto que hubiera deseado no haber visto mil fotos antes… si me lo llego a encontrar, así, de sopetón… creo que me habría quedado más petrificada que él.
Es una estatua de 13 metros de altura que originariamente estaba dentro de un templo, pero un tsunami lo arrasó y el buda, se quedo ahí… al descubierto y quizás es lo mejor que le pudo pasar porque su presencia es impactante.
Normalmente está lleno de turistas que no paran de hacerse fotos rompiendo la magia del lugar… pero por distintas circunstancias, llegué tarde, a pocos minutos antes de cerrar… podría haber vuelto a la mañana siguiente porque me alojaba en Kamakura… pero ¡¡ichigo ichie!!… me hice un poco la guiri… y pude disfrutar de 15 minutos casi a solas… sentada de frente… meditando con él… absorbida por su presencia… y, además convencí al guarda para que me hiciese una foto, ¡el pobre, seguro que me odió profundamente!, pero ichigo ichie.
Kamakura es una preciosa ciudad costera a una hora de Tokyo, cuna del budismo Rinzai.
Visité varios templos budistas donde pude meditar…aunque lo difícil en esos lugares sería no hacerlo. Los jardines, la belleza de las salas, la naturaleza que los envuelve, el silencio que lo impregna todo…
Monjes, que sepáis que lo vuestro no tiene mérito… allí está chupado … ¡¡yo enseño a meditar en mitad del Camino de Ronda!!¡¡Ea!!
Había sido un asfixiante día de calor húmedo, de ese que se te pega por todo el cuerpo y te deja sin ganas de nada, así que estaba agotada.
Bajé a la playa para cenar algo al anochecer… no pude evitar meter los pies en el agua, era la primera vez que pisaba el Pacífico.
Algunos surferos recogían ya sus tablas, la luna creciente empezaba a despuntar y el agua estaba sorprendentemente templada.
Ichigo ichie.
Un momento demasiado perfecto, ¡¡me tuve que bañar!!.

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *