ESTE VERANO EL VIAJE ES HACIA DENTRO

Mi Facebook vive de las rentas del viaje a Japón del año pasado.

Mientras comparto recuerdos asimilo vivencias; momentos, sensaciones convertidas en pensamientos lejanos. Supongo que tardaré años en digerir aquella experiencia del todo. He descubierto que tengo límites para percibir el sufrimiento, pero también para el disfrute… tanto placer asusta.

Muchos me preguntáis si tengo planeado algún viaje.

Este año me dedico a ser turista de mí misma, y como mucho, de mi propia ciudad.

Un paseo furtivo por el Albaycin, descubrir nuevas veredas en el pueblo donde vivo, reencuentros con seres queridos y una calma tan profunda que ha detenido el mes de agosto.

Este verano no sueño, sólo duermo.

Y prolongo el desayuno hasta la hora del almuerzo contemplando las montañas desde mi terraza.

Sólo pasan las horas.

Sólo la brisca fresca y el canto de las chicharras.

Apenas me quedaba una rayita de batería.

Ha sido un año intenso
.
Más de doscientas personas me han elegido como acompañante en sus procesos vitales… es todo un honor y un privilegio, pero mis riñones no vienen con cargador… finalizar el mes de junio fue más duro que escalar el Monte Fuji.

Una mudanza con hipoteca incluida a la casa de mis sueños.

Dos historias.

Una apenas pasó del prólogo.

De la otra me leí algunos capítulos.

Las dos tenían preciosas portadas y finales alentadores.

La segunda incluso, podría haberse convertido en saga.

Pero me exigían ser un personaje que ya no soy, que no quiero ser.

Y no están los días como para escurrirse entre páginas que no merezca la pena leer.

O para epílogos previsiblemente dolorosos.

Ya no.

Mi corazón tiene las puertas abiertas para entrar y especialmente para quienes quieran salir.

Ahora mi tiempo y mi energía son mis más preciados tesoros.

Así que este verano hago turismo hacia dentro.

Descubro nuevas rutas de emociones olvidadas.

Me hago selfies con mis primeros pensamientos de la mañana.

Saboreo los dulces típicos de mis próximos proyectos.

Planeo excursiones hacia las sonrisas de mis amigos.

Paseo por los museos de mi memoria.

Me miro al espejo como si fuera la primera vez que me veo.

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